Recuerdo el día del primer inipi que hicimos después de su partida. Yo estaba fuera de la tienda, pensando en ella. Añorándola mucho. Entonces, de repente, pasó una libélula grande, volando muy cerca de mí y sentí que era ella sin duda.
Al llegar a casa busqué la simbología de la libélula y encontré que en algunas tradiciones de nativos americanos, es símbolo de las almas difuntas. Este mensaje me confirmó que no estaba equivocada y que aquella libélula era ella diciéndome: "Estoy más viva que nunca, me siento ligera y libre. ¡Soy feliz!"
TE QUIERO MUCHO MERCÈ.
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